PARIS OF MY DREAMS
Ciudad icónica
La escena central de esta obra se reconoce con tan solo un primer vistazo, cuenta con la cualidad de ser emblema y capital del país de Francia.
Con una marcada tendencia a ser protagonista en una variedad de representaciones, entre las más comunes postales y pinturas; una de las cuales se exponen con distinción y puntualidad mediante la mano de Leonid Afremov.
La “dama de hierro” sigue tan memorable como el primer día y goza además de un éxito inimaginable en el momento en que fue construida en el año 1889. Esto a tal punto en que nadie podría imaginar hoy día, la bien llamada “ciudad del amor” sin su gran insignia: La Torre Eiffel.
Sueño Parisino
Afremov aborda esta pieza con una perspectiva frontal, recalcando la estimulante luminosidad y nobleza de esta maravillosa obra de la arquitectura, reclamada veinte años después de su construcción y en gran medida salvada de ser desmantelada por la ciencia.
Mediante un detalle preciso y realista el artista hace un enfoque de la obra arquitectónica bajo el contraste de tonos como:
- Amarillo: que rememora la alegría y el optimismo de una ciudad prospera y creciente.
- Blanco: cuyo contraste expuesto al danzar con toques de color amarillo, propiciados por la técnica maestra de espátula, evoca al mismo tiempo otro de los nombres con los que se conoce a Francia, este no es otro que: La ciudad de las luces.
París adorna con elegancia y decoro cada milímetro de esta pintura, por si misma nos devuelve al romanticismo de la noche, a las lámparas dibujando aureolas de luz y los setos que crecen en torno al atemporal tamaño de la estructura de metal. Cuyo reflejo se mantiene titilante sobre la superficie de un estanque.
En conjunto, la escena transporta a un lugar cuyo vacío funge como el perfecto contexto de una escena jamás vivida, bajo el férreo vigilante de una ciudad, que con su ojo avizor ilumina el cielo oscuro sin estrellas.
El palpitante colorido y brillo desmedido otorga a esta pintura, al igual que ha tantas más de este maravilloso artista, la sorprendente condición de producir una sensación de calma y felicidad en el observador.